LA HISTORIA DE ADRIÁN
Adrián llegó a España en noviembre de 2013 para reunirse con su esposa. Su objetivo era encontrar un trabajo que les permitiese encontrar una vivienda para los dos, ya que ella se encontraba residiendo en la vivienda en la que trabajaba como empleada de hogar y cuidados.
Sin embargo, los requisitos de acceso a las autorizaciones de residencia y trabajo se convirtieron desde el inicio en una carrera de obstáculos que le empujó al trabajo informal como único medio para tener ingresos, ya que el actual Reglamento de Extranjería no permite regularizar la situación administrativa hasta que no pasan tres años en España y tienes una oferta de trabajo a jornada completa por un periodo mínimo de un año. “Como no contaba con la autorización de trabajo, empecé a cuidar de personas mayores por horas y a realizar algunos trabajos como pintor. Ahí empecé a ser consciente de que no era tan fácil, de hecho, no logré regularizar mi situación administrativa”, asegura.
En España, las personas que, como Adrián, están en situación administrativa irregular, se encuentran en una situación de mayor vulnerabilidad por las limitaciones en el acceso a derechos: dificultades en el acceso al mercado laboral, barreras para acceder al sistema sanitario, a ayudas sociales y en el acceso a la justicia, posibles situaciones de explotación laboral, y un largo etcétera.
La falta de acceso a derechos, la precariedad laboral a la que se vio abocado al no contar con permiso de trabajo, la imposibilidad de regularizar su situación y los problemas de salud que comenzó a sufrir su esposa obligándola a dejar el trabajo, fueron varios de los motivos que le llevaron a plantearse la opción de retornar a su país.
En septiembre de 2019, Adrián decidió ponerse en contacto con Córdoba Acoge, Organización Federada en Red Acoge, para buscar asesoramiento en el proceso y conocer el funcionamiento del programa de Retorno Voluntario. “El principal motivo que nos hizo tomar la decisión de retornar fue la salud de mi esposa”, manifiesta: “su salud era delicada en ese momento y tuvo que dejar su trabajo. Al dejar su trabajo, dejamos de tener los suficientes recursos para pagar un alquiler, luz, agua, comida…”
Pese al difícil proceso por el que pasaron en España y la compleja toma de decisión de retornar, y aunque en su país no hay demasiadas opciones laborales y su esposa continúa recuperándose, han emprendido esta nueva etapa con la ilusión de un futuro mejor para seguir luchando por lograr sus objetivos, dejando atrás las innumerables barreras a las que tuvieron que hacer frente.