4 julio, 2024

Red Acoge exige medidas efectivas, contundentes e inmediatas para detener el genocidio en Gaza 

Posicionamiento público con motivo del Día Mundial de las Personas Refugiadas. 20 de junio de 2024 

Este nuevo 20 de junio no es posible hablar de las personas refugiadas sin mirar a Palestina y denunciar los crímenes que se están perpetrando hace ya más de 9 meses en la franja de Gaza, convertida en un inmenso campo de personas refugiadas obligadas a desplazarse una y otra vez, huyendo de los ataques indiscriminados del ejército israelí contra la población civil y sin escapatoria posible porque están bloqueadas todas las salidas. 

Desde el 7 de octubre, como respuesta al ataque brutal de Hamas en el que fueron asesinadas 1.200 personas, heridas 3.500 y 200 fueron secuestradas, a fecha de 11 de junio, el ejército israelí ha causado la muerte de al menos 37.124 personas en Gaza, de las cuales más de 14.000 son niñas y niños, ha causado heridas a 84.7121 y las víctimas siguen aumentando día a día. 

Los ataques aéreos están arrasando campos de personas refugiadas, escuelas de Naciones Unidas que sirven como refugio o, incluso, tiendas de campaña de población desplazada interna. La destrucción de estructuras residenciales e infraestructura civil esencial, incluidos hospitales, escuelas o instalaciones de agua y energía profundizan la crisis humanitaria y violan el derecho al retorno o al refugio de la población palestina. 

La UNRWA habla de la mayor cárcel a cielo abierto jamás conocida en la que están atrapadas más de 2 millones de personas sometidas a un bloqueo por tierra, mar y aire desde 2007. El ejército israelí impide la entrada de ayuda humanitaria, suministros médicos, alimentos, agua o combustible, condenando a muerte a los sobrevivientes.  

Todos los crímenes de guerra están concentrados y repitiéndose a la vista de una comunidad internacional que es cómplice o no hace lo suficiente para detener esta atrocidad que se suma a décadas de un conflicto en el que la vulneración de los derechos humanos es sistemática. 

Sudáfrica dio un paso histórico al denunciar ante la Corte Penal Internacional (CPI) al Estado de Israel por violar la Convención contra Genocidio. El alegato de Sudáfrica recordaba que la Convención está "dedicada a salvar a la humanidad", y que todos los países firmantes de la Convención "están obligados no sólo a desistir de actos genocidas, sino también a prevenirlos". 

Unos meses después, el fiscal de la Corte Penal Internacional solicitó al Tribunal que emitiera órdenes de detención contra el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, su ministro de defensa, Yoav Gallant, y los líderes de Hamas. 

Son acciones con una fuerte carga simbólica que abren un camino en la justicia universal, pero, lamentablemente, no tienen ningún efecto inmediato. 

A nivel interno, el 28 de mayo el Estado español aprobó el reconocimiento del Estado palestino señalando que “es la única manera de avanzar hacia la solución que todos reconocemos como la única posible para lograr un futuro de paz: la de un Estado palestino que conviva junto al Estado de Israel en paz y seguridad”. Pocos días después decidió sumarse la causa abierta en la CPI para apoyar el procedimiento, pero aclarando que no lo hace como demandante. 

Más allá de las declaraciones formales, organizaciones civiles, de derechos humanos y cincuenta y dos expertos de Naciones Unidas, relatores especiales, piden sanciones y embargos formales de armas a Israel para empujar a Tel Aviv a cumplir el derecho internacional y las órdenes de la Corte Internacional de Justicia, así como la apertura inmediata de corredores humanitarios permanentes que puedan garantizar la supervivencia de la población civil, pero ni España ni ningún país europeo han adoptado estas medidas. 

Desde Red Acoge nos sumamos a este llamamiento para que el Estado español y la comunidad internacional en su conjunto ejerzan su responsabilidad y obligación para hacer cumplir el derecho internacional de los Derechos Humanos que está siendo destrozado en Gaza y adopten medidas efectivas y contundentes para detener el genocidio. Miles de vida están en juego, el futuro de un pueblo está en juego, la dignidad de la humanidad está en juego.