La respuesta de la Unión Europea a la inmigración: transformar la crisis política en oportunidad
Comunicado de PICUM —organización de la que forma parte Red Acoge— ante la actual situación en Europa.
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El 2015 ha visto un número récord de los migrantes arriesgando sus vidas tratando de entrar en Europa, lo que lleva a continuas tragedias tanto en las fronteras marítimas como en las terrestres. Sin embargo, PICUM subraya que la consecuente crisis humanitaria que se ha producido en muchos países de Europa es el resultado de las políticas destinadas a disuadir a los migrantes y refugiados en los últimos 15 años.
De acuerdo con los archivos de Migrant Files*, más de 30.000 refugiados y migrantes han muerto desde el 2000 tratando de llegar o permanecer en Europa. Las políticas migratorias de la UE durante este período han limitado y en algunos casos incluso han bloqueado la llegada de los migrantes de manera regular con el fin de buscar protección y mejores condiciones de vida.
La Agenda Europea sobre Migración**, presentada por la Comisión Europea en mayo de 2015, no presenta ningún cambio significativo en este discurso. La agenda de seguridad prevalece y la movilidad humana sigue siendo vista como una amenaza más que una oportunidad. Durante casi dos décadas, un enfoque de seguridad a la cuestión de la migración se ha traducido en mayores esfuerzos para proteger las fronteras exteriores de la UE, en la creación y el mantenimiento de los centros de detención, y en esfuerzos para criminalizar y limitar una movilidad humana no deseada. La atención de las instituciones ha sido recientemente desviada a la necesidad de culpar a los traficantes de personas que, en ausencia de canales oficiales y seguros, a menudo ofrecen a los migrantes y refugiados la única ruta posible para llegar a Europa.
Mientras las tragedias continúan ocurriendo a diario, la falta de un debate realista sobre la migración tendrá impactos a largo plazo en la UE. Lo que está en juego no sólo es la obligación de salvaguardar los valores de la UE y los principios fundamentales basados en el respeto a los derechos humanos, sino también la clara necesidad evidente de mano de obra migrante en muchos países de la UE en las próximas décadas. Según la OCDE***, la población en edad de trabajar en Europa se reducirá en 50 millones para el año 2060. Actualmente, diversos sectores de la economía - en particular aquellos de baja remuneración – dependen de la presencia de mano de obra migrante.
No obstante, las políticas migratorias nacionales y de la Unión Europea ofrecen pocas posibilidades para los trabajadores migrantes de fuera de la UE para recibir permisos de trabajo y residencia. Por lo tanto, los migrantes son empujados hacia el mercado de trabajo informal y a una situación administrativa irregular. La directiva recientemente aprobada sobre trabajadores estacionales**** ha sido una oportunidad para que los responsables políticos de la UE desarrollen los canales regulares para los trabajadores migrantes en los sectores de baja remuneración. Esto ha sido sólo un paso y se necesitarán muchos más esfuerzos en los próximos años para hacer frente a las necesidades no reconocidas del mercado laboral en la UE.
Aparte de las acciones inmediatas que se deben tomar para detener la victimización y la criminalización de los migrantes y refugiados que han llegado a Europa, hay una necesidad urgente de un fuerte liderazgo para cambiar el enfoque sobre la migración en su conjunto. En ausencia de una reforma basada en los hechos y los datos relativos no sólo a la cuestión de la migración sino también de las políticas sociales, de salud y del mercado laboral, más vidas se perderán y mucho más sufrimiento continuará siendo impuesto. Es extremadamente claro que el enfoque actual de la UE que ha asumido sobre la migración no sólo está fallando a los migrantes y refugiados de manera individual, sino a nuestras sociedades en su conjunto.
PICUM y sus miembros tendrán como objetivo hacer que los gobiernos de la UE rindan cuentas para establecer un nuevo enfoque, alejándose de securitización y la criminalización de los migrantes hacia una perspectiva social y económica basada en los derechos humanos, incluyendo más canales/vías regulares para los refugiados y los migrantes para llegar a Europa de forma segura.