20 noviembre, 2015

Diversidad sexual en la empresa: en busca de la igualdad que suma.

Varios estudios en distintos países ponen de manifiesto la necesidad de impulsar  acciones de Gestión de la Diversidad Sexual en el ámbito laboral para garantizar el principio de igualdad de trato y de oportunidades

 

La sexualidad se sitúa dentro de la esfera de la más estricta intimidad de hombres y mujeres, sin embargo este derecho a la intimidad, totalmente defendible y respetable, a veces deriva en un fenómeno de ocultación pública, generando una tendencia a contemplar la homosexualidad, la transexualidad o la bisexualidad como conductas anormales, que llevan a vivir bajo lo que se ha dado en llamar “heteronormalidad”
 
Esta visión de la sexualidad afecta, por descontado, a un ámbito tan importante de la socialización de las personas como es su vida laboral, provocando situaciones de discriminación, sobre todo en todo lo concerniente a conciliación de la vida familiar y laboral (permisos, atención a los hijos, adaptación de horarios…).
 
Numerosos estudios e informes recientes señalan la necesidad de comenzar a implantar medidas de Gestión de la Diversidad Sexual en los entornos laborales. Ya en 2007 la Organización Internacional del Trabajo (OIT) incluyó nuevas formas de discriminación en el Informe sobre “La igualdad en el trabajo: afrontar los retos que se plantean”, entre las cuales se destacaba la discriminación por orientación sexual.
También la  Agencia Europea de Derechos Fundamentales (FRA) en su estudio sobre “Homofobia y discriminación por motivos de orientación sexual e identidad de Género en los Estados miembros de la Unión Europea” incluyó ítems que pretendían analizar la diferencia de oportunidades a la hora de obtener un empleo para personas abiertamente LGTB frente a heterosexuales. Este informe revelaba que el 43% de los encuestados consideraba que quienes se declaraban abiertamente LGBT se encontraban en situación de desigualdad en el trabajo.
Ya en nuestras fronteras, un informe basado en 100 encuestas realizadas a personas transexuales tratadas en la primera Unidad de Trastorno de Identidad de Género mostró que el 54% estaban desempleadas y sólo un 35% tenían un empleo de jornada completa. Más del 55% había sufrido discriminación en el trabajo o en los procesos de acceso laboral y el 17,2% tuvo que participar en actividades peligrosas o ilegales para sobrevivir.
 
Fuera de las fronteras comunitarias, países como Chile parecen estar comenzando a implantar decididamente, con apoyo gubernamental, medidas para la medición y la gestión de esta variable de la diversidad. La “1ª Encuesta Nacional sobre Diversidad Sexual en el Trabajo” es un estudio compuesto por 36 preguntas que buscan dar a conocer la realidad de la situación de los trabajadores y trabajadoras con respecto a su diversidad sexual. También en Chile, la ONG País para Todos ha editado la guía “Orientación sexual e identidad de género. Guía para empleadores” en la que se establecen consejos y medidas para una correcta gestión de la diversidad sexual, mostrándose los beneficios en cuanto a reputación, retención del talento, productividad y mitigación de riesgos legales que supone contemplar la gestión de la diversidad en las empresas