Diversidad del capital humano en la empresa global
El cambio de paradigma económico y social ha supuesto un paso en los últimos años desde un panorama centrado en una concepción local o centralizada de la empresa, con un evidente enfoque homogeneizador, a otro cimentado en la globalización, la multilocalización y la importancia de la diversidad del capital humano bajo todas sus facetas.
Para comprender esta evolución en la concepción de los equipos de trabajo nos centraremos en dos recientes entrevistas a sendas responsables de personal de dos importantes empresas, una española y otra alemana.
Sandra Gracia Fano es Directora Corporativa de Recursos Humanos en Imaginarium, empresa española que ha sabido exportar su particular visión de la venta de juguetes desde Zaragoza al resto del mundo. La creciente expansión internacional de Imaginarium ha sido el detonante que ha puesto en contacto a la compañía con un entorno global y cambiante, en el que la diversidad cultural de su equipo humano se ha convertido en una de sus principales bazas y en un impulso claro para generar innovación y creatividad. Según Sandra Gracia Fano, un líder multicultural debe tener capacidad para inspirar a su equipo, de manera que sepa extraer toda su capacidad de comunicación, resolución, apertura y flexibilidad para afrontar retos y oportunidades.
Otra profesional española, Rosa Riera, Directora de Employer Branding & Diversity en la multinacional tecnológica alemana Siemens, pone el foco sobre la importancia de atender al desequilibrio territorial entre oferta y demanda en el mercado de trabajo, lo cual implica una optimización de los factores que ayudan a la movilidad laboral. Para atender de manera conveniente a dicha movilidad y extraer ventajas competitivas del trabajo en contextos diversos de profesionales de distintas procedencias y culturas es básico saber tratar con las diferentes formas de pensamiento y concepciones de la realidad que estas aportan. Dos de los pilares para la consecución de este fin son la formación intercultural dentro de la empresa y el establecimiento de procesos comunicativos abiertos, inclusivos y desprejuiciados. El fin último de esta política es acceder al talento más allá de las fronteras nacionales y culturales y propiciar su integración plena en la estructura corporativa.
